The Fly

Una mosca es capaz de encontrar una carta elegida. Así de divertido. La llevas en una caja de cerillas y está siempre preparada para hacer su magia. Se elige una carta y la mosca se coloca sobre la baraja, el público podrá ver cómo camina por la extensión hasta detenerse en la carta elegida.

El juego tiene una esencia preciosa minimalista que me recuerda a clásicos como el cochecito. La mosca puede ser tu compañera de gracias, hacer algunos milagros y recibir el aplauso de los espectadores. Te permite salir de la rutina habitual de los juegos de cartas con un efecto potente que no se olvida. Es el juego que ha permitido a Marcos viajar por el mundo y sigue triunfando en las conferencias como el primer día.

Creo que tiene un conjunto de componentes perfecto. El efecto es clásico, directo y e imposible. Una localización de carta realmente limpia. El añadir un compañero a la ecuación siempre da encanto y consigue un punto extra de memorabilidad. Si encima el manejo es tan cómo como en este caso podrás hacerlo pensando sólo en conectar bien con tu público.

Se resetea en un segundo y es perfecto para situaciones de cóctel y magia improvisada.